Después de unos largos e intensos meses de recorrer el Valle del Cauca haciendo campaña, convocando y movilizando a mis paisanos, quisiera compartirles las enseñanzas que me dejó mi primera vez en política. Una empresa común de la cual todos ustedes fueron socios desde el principio.

Lo Económico Primero

Cuando inicié la campaña muchos me decían, Gabriel no te metas a hablar de los asuntos económicos, estos son aburridos, técnicos y no traen un voto; te vas a quemar. Pero para mi sorpresa, en todas las reuniones que fui, este era el tema que más preocupaba a la gente. A nadie le gusta que le metan la mano al bolsillo. A nadie es a nadie. Le pasa al que tiene mucho, poquito o nada. Cuando las cosas no van bien, cuando la economía está frenada y con crecimientos bajos, cuando está golpeada, la capacidad de compra de los hogares colombianos y la confianza es baja, la gente lo siente y lo vive en su casa; lo sufre más bien. En la gran mayoría de las reuniones a las que asistí en los barios de la ciudad, siempre había un número importante de desempleados y otros en el rebusque. Era una realidad muy dura y constante.

Por ello, el reto del nuevo Congreso, y especialmente el mío en mi nueva responsabilidad como senador de los vallecaucanos, es dar el debate por construir política publica que brinde un marco para que surjan las condiciones que generen oportunidades, ingreso y empleo.

Los Empresarios y sus Colaboradores sí Participan

Cuando inicié la campaña muchos me decían, Gabriel no le hables a las empresas, ni a los empresarios. Los empresarios no votan, ni ponen un voto. Lo que la gente no entendía es que los empresarios, los pequeños, los medianos y los grandes, son importantes influenciadores y se convirtieron en los aliados más valiosos en mi campaña. Los empresarios y sus colaboradores son una de las instituciones más golpeadas por el Estado. Los persiguen, les ponen trabas, los sancionan, los clavan con impuestos, les quieren cambiar permanentemente las reglas de juego y los hacen ver como si fueran los malos del paseo. En fin, no los dejan trabajar. El Estado no los acoje como su mejor aliado y parece más bien que los vieran como el enemigo. Los empresarios pequeños, medianos y grandes, así como sus colaboradores, han sido históricamente maltratados, ignorados y no han sido bien representados. Pocos han entendido que lo que mueve este país es la empresa. A través de ella se irradia riqueza y es el motor del progreso social y económico. Sin empresas no hay paraíso.

Por ello debemos seguir defendiendo al pequeño,mediano y gran empresario, para que tengan las condiciones necesarias para que sigan siendo ese tren de arrastre que empuja el desarrollo y bienestar de todo un país.

La Familia lo es Todo

Desde siempre he creído que la familia es el núcleo esencial donde se incrustan los valores y se puede transformar una sociedad. Los colombianos estamos mamados de tanta robadera, mermelada y corrupción. Estamos atónitos viendo como se han invertido los valores y el ser pillo paga más. Necesitamos recuperar el rumbo y para ello debemos rescatar a la familia. En ella es donde se puede gener la transfomracion de nuestra sociedad, partiendo de restablecer la ética y los valores.

Esta bandera de mi campaña no tuvo resistencia. Sin importar el auditorio, su etnia, el partido político o la situación económica, todos me reafirmaban que por ahí era el camino.

Necesitamos familias fuertes donde se cultiven los valores y principios para que podamos iniciar el camino de la transformación moral de todo el país, especialmente en una era donde reina la corrupción. Debemos defender y proteger a la familia porque esta constituye la unidad social en donde reside todo lo que somos y llegaremos a ser como personas.

Todos Podemos Cambiar la Política

Aunque el sistema está diseñado para que no sea así. Aunque las maquinarias, los bandidos y la clase politiquera no le interesa que pase; sí se puede. En el Valle se demostró que se puede. Mi departamento sacó 3 representantes a la Cámara y quien escribe este blog alcanzó una curul al Senado con votos de opinión. Salimos a pulso, trabajando duro, planteando ideas, propuestas y diálogo con la gente. Es el primer paso hacia el resurgimiento definitivo del Valle del Cauca.

Parémosle-Bolas que lo único que se necesita para poder cumplir un sueño, es tener el arrojo y la determinación de alcanzarlo. En el camino y con la ayuda de Dios, siempre aparecen los amigos, la familia y otros locos que no te dejan morir y desfallecer en el intento.

Para soñar no siempre se debe estar dormido, se puede soñar despierto y con los pies en la tierra. La verdad, para soñar lo único que se requiere es estar vivo.

Ahora tenemos un reto mucho mayor, edificar el mejor futuro posible para Colombia. Pasar del discurso a la acción. Nuestro objetivo debe ser construir juntos un porvenir con oportunidades y progreso, en donde el Valle vuelva a estar el centro de las grandes decisiones del país.

¡Manos a la obra!