Como era de esperarse, justo después de que pasaran las elecciones presidenciales inició la carrera por la Alcaldía de Cali. Se oye hablar de candidatos de todos los colores y sabores. Salieron los que apoyaron a Petro entusiasmados por haber ganado en Cali en la segunda vuelta. Los Fajardistas también picaron en punta después de obtener el mayor número de votos en la ciudad en la primera vuelta. Hay otros que nunca se bajaron de la candidatura y que siguieron en campaña desde las elecciones pasadas. Otros quieren pasar del hemiciclo al CAM. Se susurra también que los empresarios tienen una terna de opciones para lanzar al ruedo.

En fin, todo parece indicar que vamos a tener un grupo nutrido de candidatos o precandidatos para la capital de la salsa. Cuántos llegaran hasta el final, amanecerá y veremos. Lo importante no es si la contienda inició ya o no. Lo relevante y fundamental es, más bien, ¿qué es lo que necesita Cali de su próximo gobernante?

1. Lo que menos requiere nuestra ciudad en este momento es un líder populista que promueva la lucha de clases. Esto no nos lleva a ningún lado. O sí, nos lleva a una profunda división que nada ayuda a lo que es realmente estructural. Todos debemos trabajar unidos en favor de mejorar  el entorno social y la calidad de vida de los caleños y promover la generación de oportunidades de ingresos y empleo.

2. Es innegable que en la ciudad debemos generar mayores oportunidades y mejorar la calidad de vida de nuestros vecinos. El desplazamiento de ciudadanos de otras regiones especialmente del Pacífico, aumenta la presión permanentemente. Sin lugar a dudas tenemos a muchos conciudadanos pasando grandes dificultades y sin oportunidades reales. Más que regalar el pescado, lo que debemos es enseñar a pescar. Debemos construir las condiciones para que se generen mayores oportunidades de ingreso y de empleo. Eso debe ser la prioridad.

3. La educación es la base para la transformación social y económica de una sociedad. Cali sigue en deuda a pesar de los grandes esfuerzos. Los resultados en la pruebas anuales no son los mejores y estamos bien por debajo de la media nacional. La educación como la generación de empelo y oportunidades de ingreso debe ser una de las meta común.

4. La inseguridad se ha tomado a las ciudades colombianas y desafortunadamente Cali viene punteando dentro de ellas. Enfrenta retos en materia de homicidios y otros delitos. Aunque se empiezan a sentir los esfuerzos de la administración en prevención y lucha contra la violencia, y el nuevo secretario le ha dado un segundo aire al tema, se requiere una política integral criminal y de seguridad en Cali. Un paso importante fue el retiro de Cali del listado de ciudades más peligrosas por parte de Estados Unidos. Pero para consolidar estos esfuerzos locales, requerimos mayor pie de fuerza y cámaras. Cali tiene proporcionalmente menos hombres que Medellín y Bogotá y que otras capitales.

5. La movilidad de la ciudad no podría quedarse por fuera. Hay caos vehicular, peatonal y el sistema de trasporte masivo atraviesa serias dificultades. Las vías se quedaron pequeñas, hay trancones en todos los accesos a la ciudad. Es imposible no reconocer que tenemos desorden y falta de autoridad. Las motos hace lo que les parece, los carros parquean por todo lado, la piratería abunda, los ciclistas y peatones también hacen de las suyas.

6. Como dejar por fuera a las Empresas Municipales de Cali. Todavía vivimos de la añoranza de lo que fueron. Nos encanta decir que los antioqueños vinieron a verlas para copiar el modelo. Lo cierto es que carga con grandes dificultades hace varias décadas y tenemos por resolver la crisis que tiene el componente de telecomunicaciones, así como las pérdidas de agua en el componente de Acueducto y los grandes costos y cargas laborales que tiene la compañía.

Los retos para el siguiente Alcalde son muy importantes. Debe construir sobre lo construido. Que la ciudad tenga grandes asuntos por resolver no significa que debamos desconocer los esfuerzos y el trabajo realizado por los anteriores mandatarios.

Sin embargo, e insisto, lo importante es lograr tener claro qué queremos y necesitamos para la ciudad y no tanto la discusión de quien tiene mayor chance después de conocer los resultados de las elecciones presidenciales. Los caleños por primera vez en muchos años deberíamos tener “un acuerdo sobre lo fundamental” que nos permita impulsar el desarrollo social y detener al populismo. Unidos podremos hacerlo.