Derecho y Obligaciones
A muchos nos preocupa que la discusión pública desde la Constitución del 91 y el surgimiento del Estado Social de Derecho, esté focalizando en la garantía de derechos y no en un sano equilibrio con las obligaciones. Es recurrente que se quieran garantizar más y más derechos, pero cada vez menos ciudadanos se sienten responsables de cumplir con sus deberes. Nos hemos dejado llevar por la quimera de una sociedad hiper-garantista y hemos descuidado la cultura de la legalidad y el compromiso con el cumplimiento de las reglas de juego que debe tener todo buen ciudadano.
La carga de subsidios que se ha venido asegurando recientemente es cada vez mayor; las garantías para los criminales son altas por parte del sistema de justicia; actualmente hay mayor rigidez en la gestión del recurso humano en las empresas y las herramientas para combatir el crimen, el narcotráfico y el consumo de drogas, son cada vez menores porque nos enredamos con discursos que encumbran las libertades individuales en detrimento de los derechos colectivos, el orden público y la convivencia ciudadana. Los excesos de la doctrina garantista lo único que terminan garantizando es el relativismo moral, la desorientación social, el desorden y la anarquía.
Por ejemplo, las normas laborales cada vez son mas rígidas y en cada legislatura uno se encuentra con una batería de ellas que quieren ampliar los fueros y las licencias, así como extender la estabilidad laboral reforzada.
Como lo escribí en el blog pasado, cada vez más se quieren ampliar más los derechos individuales. Hoy se puede consumir drogas y licor en los parques y no pasa nada, se puede tener relaciones sexuales en el colegio y no se puede disciplinar. Se puede llegar borracho y drogado a trabajar y no se puede despedir al sujeto. Todo esto conduce a la pérdida de autoridad de nuestras autoridades, el ablandamiento de las normas, la flexibilidad en el cumplimiento de los deberes y el relajamiento de las costumbres.
Las comunidades hoy gracias a que abusan del derecho en muchos casos, no dejan llevar desarrollo a sus territorios sin que los que traen el mismo, tenga que pagar primero un peaje.
Es claro que Colombia es un país inequitativo. Que debemos luchar para resolver tanta desigualdad y generar las condiciones mínimas para que todos estemos en el mismo lugar antes de que se de inicio a la carrera. La inequidad se combate generando oportunidades de ingreso y de empleo y para ellos se requiere que los ciudadanos puedan tener educación de buena calidad y que el Estado defina que el desarrollo y fomento empresarial, así como el emprendimiento, son una prioridad de Estado. Pero una cosa es promover la equidad invirtiendo en quienes más lo necesitan y otra es estimular una cultura de derechos absolutos que desplaza las responsabilidades ciudadanas y la cultura de la legalidad.
Lo cierto es que parece que todos queremos más y más derechos y se nos olvidad que tenemos obligaciones. Lo primero y básico para poder tener un orden social estable dentro de un Estado de derecho, es que deberíamos obedecer la ley y respetar las instituciones.
Lo triste es que muchos quieren es coger un atajo. A un gran número de ciudadanos no les gusta hacer cola cuando esperar el transporte público. Pasa en Trasmilenio, pasa en el MIO, pasa en las filas de ingreso a los espectáculos culturales o deportivos. No nos gusta pagar impuestos. Hemos llegado al colmo de cascarle a la policía y a los militares. No respetamos al peatón. No respetamos la vida y nos hemos vuelto una sociedad agresiva con los niños y la mujer. La intolerancia campea en las calles.
Es muy triste lo que está sucediendo, pero para poder corregirlo debemos primero aceptar nuestros problemas. Ese es el primer paso. Lo cierto es que se nos ha descuadernado el orden social. Han perdido fuerza los valores, los principios y las buenas costumbre. Hoy tenemos un vacío moral que debilita la cohesión social.
Hay filósofos como Roger Scruton, que sostiene que “los vacíos morales se crean cuando la sociedad se basa exclusivamente en la solicitud de derechos y no en los deberes que tenemos de ellos.” “Que los deberes deben estar en el centro.” “Que cuando se pierde la obediencia social por el exceso de derechos se puede caer en la anarquía y en la tiranía.” “Por el contrario el equilibrio entre derechos y deberes genera un orden social sano y estable.”
Lo cierto es que el Estado no debe solo actuar para garantizar los derechos y las libertades. El Estado debe actuar para garantizar el orden social que también es un derecho legítimo que tenemos todos los colombianos para poder gozar de nuestra libertad. Sin orden social no hay libertad que pueda florecer.
Debemos nuevamente Pararle-Bolas a recuperar el orden, la autoridad y el imperio de la ley. Debemos pararle bolas a rescatar los valores, los principios y las buenas costumbres. Debemos pararle bolas a recuperar nuestras instituciones, a la familia y sus tradiciones como el núcleo esencial donde se incrustan los valores y la moral para poder transformar una sociedad.
Es más fácil destruir las cosas buenas que crearlas o recuperarlas. Lograr mantener y recuperar esas cosas buenas es un reto social y político colosal. Debemos proteger lo que realmente importa. Para que nuestra sociedad pueda prosperar y garantizar las libertades, depende de la buena salud de nuestras instituciones y de la construcción de orden social estable. Manos a la obra. El ejemplo comienza en casa.
Ivan Quintero
Que bueno saber que alguien que esta sentado en lo mas alto de nuestro legislativo tenga una lectura clara de lo que se necesita en esta sociedad llevada al caos. Reingenieria en el sistema educativo publico donde la familia sea la piedra angular y que el ejemplo inicie en casa, el resto viene por añadidura.
Nestor Hugo Millan Mendoza , . PhD
Apreciado Senador .
Justamente , una de las observaciones que le hicimos , en su momento , a la Constitucion del 91 fue su excesivo garantismo pues mientras resultó
siendo generosa al registrar más de 70 derechos , entre los artículos 11 al 82 , sólo registró 9 deberes los cuales aparecen en el artículo 95 . Es decir , que la ecuación jurídica entre derechos y deberes quedó muy desbalanceada con los consiguientes efectos sociales y económicos negativos , por supuesto .