La Ley del Embudo

La Ley del Embudo


Desde los romanos hemos asumido como un principio incuestionable para asegurar el orden social, que la justicia debe ser imparcial y objetiva. Tanto así, que en la antigua Roma se adoptó como símbolo de ella la imagen de la diosa femenina Iustitia; una mujer que sostiene una balanza, una espada y tiene una venda que le cubre sus ojos. “La venda representa el supuesto que la justicia debe ser impuesta objetivamente, sin miedo ni favoritismos, independientemente de la identidad, el dinero, el poder o debilidad; la justicia es ciega e imparcial.”

Está semana el país recibió con asombro, desconcierto y preocupación dos eventos relacionados con la Justicia Especial para la Paz.

1. La intervención que realizó el Fiscal General de la Nación dentro de la discusión que se adelanta para la misma en el Congreso:

Lo que más inquieta de la posición del Fiscal, es que dijo que se están introduciendo unos “micos” que pueden hacer que la JEP premie la impunidad. Sugiere que se deben establecer bien los linderos para que los disidentes de las FARC no puedan nunca beneficiarse de ella. Prendió todas las alarmas al señalar que el proyecto da la posibilidad de favorecer a quienes tienen vínculos con el narcotráfico: según el proyecto, si pillan a un desmovilizado o a un disidente cometiendo este tipo de delito, estos podría recibir penas de hasta de dos años. A su vez solicitó que se precise en esta ley, que si se demuestra que los activos de las FARC no fueron declarados todos, se sancione a quien o quienes no lo haya hecho. Finalmente manifestó que “a la fiscal de la Corte Penal Internacional le preocupa, y mucho, que se suspenda la jurisdicción frente a los graves crímenes de guerra y los delitos de lesa humanidad”. Nada diferente a los tres puntos que de manera reiterada ha venido manifestando con firmeza en el Centro Democrático. 1. Impunidad 2. Conexidad del Narcotráfico 3. Juzgamiento de Civiles y Militares.

2. El nombramiento de los magistrados que integrarán la Justicia Especial para la Paz:

Desde el inicio de la discusión se manifestó la preocupación de quienes iban a conformarla y sus sesgos ideológicos. Las dudas surgieron desde siempre, desde que se supo quienes iban a realizar “el proceso de selección”. El resultado no podía ser nada diferente a lo que se suponía iba a acontecer. Y sucedió, conocimos los integrantes de la JEP y de inmediato el país pudo darse cuenta del perfil de todos los nuevos magistrados. No vale la pena discutirlos uno a uno, creo que ya existe suficiente ilustración. Lo inaudito es que además de que muchos ya tienen clara una inclinación ideología, hay un grupo de ellos que ya públicamente han prejuzgado.

Creo que todos seguimos preocupados que esta nueva corte no entienda que los civiles han sido las victimas y no los victimarios de las FARC. Que los militares en servicio actuaron en defensa de la patria, la democracia, las instituciones, la ley y el orden.

Espero que todos nos acordemos de la diosa Iustitia y que la justicia tiene que ser imparcial y objetiva. Nuestro deber ciudadano es ejercer un control político contundente para devolverle la majestad perdida por culpa de la corrupción y la debilidad de nuestros líderes. Parémosle-Bolas, que la JEP parece que se convirtió en la ley del embudo.

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