Mucha gente nos decía que estábamos exagerando. Que no había nada que temer. Que en Colombia nunca iba a pasar. Que éramos unos irresponsables que estábamos polarizando este país…

Pero basta escuchar a Gustavo Petro hablar de la “compra” de la Hacienda Ingenio del Cauca, para reafirmar que el Socialismo del Siglo XXI y su modelo de hambre, quiere ocupar la casa de Nariño.

Esta propuesta populista e irresponsable la lanzó en Puerto Tejada Cauca y posteriormente la repitió en Yumbo. Me hace recordar la famosa y viral llamada televisada que le hizo el finado Hugo Chávez al presidente de un banco Venezolano. La conversación fue así: “Yo no tengo problema, yo le pago el banco y me lo entrega pues, que yo me encargo entonces.” Del otro lado de la línea telefónica nos imaginamos a un atónito banquero que debió haber contestado que el banco no estaba en venta. Eso se infiere con facilidad porque Chávez a continuación le dice: “No está en venta pero yo lo puedo hacer perfectamente; lo puedo expropiar.” “Lo puedo expropiar ya, inmediatamente en función del interés nacional.”

La propuesta de Petro deja aterradores interrogantes. ¿A cómo lo piensa pagar? ¿Qué pasa si no quieren vender? ¿Expropiará por interés nacional? ¿Qué va a hacer con la gente que se queda sin trabajo? ¿Será esto solo el inició, la punta del iceberg? ¿Será que Don Gustavo, como sus aguacates, no está biche sino Maduro? ¿Será que no estamos tan distantes de parecernos a Venezuela?

Lo contradictorio y paradójico es que el modelo económico que plantea el candidato de la Colombia Humana ya está probado y es un fracaso rotundo. Este ha llevado a la ruina y al hambre a los pueblos que lo han implementado. Los únicos que se han beneficiado y enriquecido son los lideres de los regímenes, sus compinches, cómplices y aliados. Si señores; esos mismos que hablaban de quitarle a unos para darle a los menos favorecidos; hoy, esos “señores” son los nuevos ricos del mundo. Esos socialistas del Siglo XXI terminaron quitándole todo a todos, dejando a sus pueblos sumidos en la miseria, sin trabajo y oportunidades, dominados por la corrupción y la violencia. Ahhh, eso sí, los lideres revolucionarios ahora son los nuevos ricos, esos que antes decían combatir.

Ese modelo trasnochado no funciona. Ni si quiera en los países comunistas. ¿O quién pone en duda que en Rusia y China hoy hay libre mercado y respeto por la propiedad privada?

Don Gustavo quiere regalar lo que no es de él. Lo que no tiene. Lo que él no construyó con esfuerzo, sacrificio y con el sudor de su frente. Es muy fácil regalar lo de otro. Lo ajeno. Para rematar, no lo va a pagar él. ¿O con qué dinero lo va “comprar”? ¿Lo va pagar de su bolsillo? Petro se va a gastar el dinero del erario público. Sí, el de todos nosotros los colombianos. Cómo no va ser fácil “comprar,” con la chequera de otros.

Parémosle-Bolas, pues el viejo adagio, lo que no nos cuesta volvámoslo fiesta, puede terminar siendo irremediablemente costoso para nuestra sociedad. Y si esto pasa, que Dios nos encuentre confesados. Evitemos ir a esa fiesta.

A la que sí debemos ir, es a la del próximo 27 de Mayo, donde estará en nuestras manos la posibilidad de que el país NO caiga al abismo del Socialismo del Siglo XXI que viene disfrazado de Colombia Humana.

Depende de nosotros cambiar el rumbo. El futuro es de todos. Salgamos a votar con responsabilidad y amor genuino por la patria. Quienes empuñan la bandera de la expropiación autoritaria, solo nos llevarán al caos y la ruina de la democracia.