NO MÁS 

NO MÁS 


Los colombianos no estamos cansados, ¡estamos mamados de la situación del país! Esto lo demuestran no solo las encuestas, sino que se evidencia en las conversaciones donde se reúnen más de tres. La queja es generalizada y es el centro de discusión en todos los corrillos. ¡La gente no aguanta más! Todo inició como una reflexión interna y en silencio, pero hoy está pasando del murmullo social, al clamor en las redes sociales. Ya hoy la gente expresa abiertamente su preocupación e inconformidad con lo que está pasando.

Los colombianos están diciendo por todo lado: ¡NO MÁS! Que los destinatarios del mensaje se hagan los locos, es otra cosa.

No queremos más mentiras. En plena campaña para la presidencia nos dijeron a los colombianos que iban a “firmar en piedra y en mármol” que no nos iban a subir los impuestos. Aunque a los colombianos no nos cabe un tributo más, en el 2016 nos clavaron la Reforma Tributaria Estructural. Que por cierto, no terminó siendo estructural. Nos dijeron que si el NO ganaba el plebiscito aceptarían el resultado, pero al mejor estilo de su compinche Serpa, nos hicieron “Mamoooola”. Sostuvieron que por ningún motivo le iban a pagar $1.800.000 a los exguerrilleros; y bueno… Que las Zonas Veredales iban a ser transitorias; y bueno… Pero cuando la mentira es insuficiente, es mejor decir la “verdad”, como “me acabo de enterar”, para soslayar los cuestionamientos que se le venían encima a un gerente de campaña por haber recibido dineros de Odebrecht. 

¡Por Dios, no más corrupción! El país no aguanta con más mermelada. Sin duda es dulce, provocativa y es fácil de esparcir, pero ha servido para comprar conciencias, obtener mayorías y llevarnos al abismo sin importarles lo que piense o le pase a los que siempre llevamos del bulto: el pueblo. Cómo dejar por fuera la financiación de las campañas políticas y la danza de los billetes cariocas, así como el cartel de la toga; para nombrar unos pocos, pues no me alcanzarían las líneas para el triste recuento. 

No más narcotráfico. Este es el mayor flagelo de nuestra historia reciente, pero resulta que Colombia pasó de casi 40.000 hectáreas sembradas en coca a algo así como a 180.000. El delito tipificado por este hecho ahora resulta que es conexo y las penas que podrían ser impuestas por la JEP son muy bajas. La erradicación es manual y se prohibió la fumigación. Se han implementado unos incentivos para la sustitución de cultivos, cuyo pago nada tiene que hacer con lo que se gana la gente raspando coca. El narcotráfico se nos está volviendo a salir de las manos. 

No más violencia e inseguridad urbana. Los robos y las muertes en nuestras principales ciudades están pasando de castaño a oscuro. Ha crecido la delincuencia y peor aún, se ha organizado. Ahora ya se habla es de las BACRIM. 

Me detengo ahí, para no deprimirlos ni deprimirme. Como vamos, vamos mal, pero no nos podemos quedar ahí, debemos dar un giro y el país tiene que cambiar. Tenemos que avanzar y salir adelante. Tenemos que salir a GENERAR MÁS

Debemos trabajar en generar más oportunidades, más emprendimiento, más empresas, más y mejores empleos permanentes y dignos. Debemos bajar los impuestos para poder pagar más salarios. Debemos recuperar el orden y la autoridad para hacer valer el imperio de la ley y así poder combatir la corrupción, la delincuencia y el contrabando.   

Parémosle-Bolas, el país necesita seguir hacia adelante para recuperar el rumbo del crecimiento, progreso y desarrollo social; para ello nos tenemos que sacudir, no comer cuento, elegir bien y decir muy duro NO MÁS

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