Nos Dejaron Solos

Nos Dejaron Solos

Como no va a estar preocupada la gente, si nos dejaron solos. La inseguridad se ha tomado por completo las ciudades y el campo colombiano. Si bien han bajado los homicidios en el país, ha aumentado a niveles inaceptables la vulnerabilidad y el miedo de la gente en las calles. Están disparados los robos de celulares, automóviles y de bicicletas. En muchas ciudades incluso el hurto a las viviendas y al comercio. Ni qué decir de la extorsión, el boleteo y el fleteo. Lamentablemente volvimos a registrar casos de secuestro, atentados terroristas, desaparecidos e incluso casos de violencia contra los animales. La intolerancia y el irrespeto a las autoridades son el pan de cada día.

Si en el país llueve en el Valle no escampa. Nuestro departamento en el 2017 fue el que tuvo el mayor número de homicidios en Colombia y Cali es la ciudad con el mayor número de asesinatos del país. En el deshonroso ranking de la región, Cali ocupa el primer lugar, Palmira el segundo y Tuluá el tercero.

La cosa está complicada. Crece la delincuencia común, la organizada y la disidente. Crece el narcotráfico y el microtráfico. Como diría el Chapulín Colorado… ¿Y ahora quién podrá defendernos? Necesitamos revivir el legado y los principios de la seguridad democrática para que la gente se vuelva a sentir tranquila y protegida. La seguridad es el primer valor para que las democracias subsistan y prosperen. Sin seguridad no puede haber confianza inversionista, empleo ni inversión social.

Debemos recuperar el orden, la autoridad y el imperio de la ley.

Para ello necesitamos:

1. Mayor pie de fuerza en las ciudades.

2. Un batallón de fuerzas especiales urbanas en Cali. Medellín y Bogotá ya tienen uno activado y apoyando las labores de la Policía.

3. Una reforma a la política criminal del país que le ponga freno a los reincidentes y saque de las calles a los delincuentes profesionales.

4. Penas realmente severas que disuadan a los criminales en potencia.

5. Fortalecer el sistema carcelario del país para acabar el hacinamiento, habilitar nuevos cupos y acabar con la connotación nefasta de universidades del crimen.

6. Cárcel para menores entre 16 y 18 que hoy son usados por los violentos y las estructuras criminales porque saben que no pagan cárcel.

7. Mayor poder a la Policía y autoridades para poder reaccionar con la fuerza legítima del Estado contra el criminal y hacia quienes crean que pueden pasarse la ley por la faja.

8. Fortalecer la legítima defensa para que los ciudadanos de bien puedan ejercerla en caso de extrema necesidad.

9. Políticas públicas de seguridad para Cali y las ciudades del departamento. Sin planeación, estrategia y análisis riguroso, no es posible derrotar al crimen.

10. Fortalecer alianzas entre alcaldías para combatir en equipo las formas de delincuencia que pululan en el territorio. Cali enfrenta muchas conflitividades que provienen del norte del Cauca y el pacífico colombiano. La seguridad se debe trabajar en bloque con un enfoque de ciudad región.

Los ciudadanos nos sentimos en riesgo. Parémosle-Bolas que debemos recuperar el rumbo de la seguridad perdido por el ablandamiento del gobierno nacional que por embelesarse en la paz con las FARC, descuidó la seguridad del ciudadano de a pié.

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