Oficialmente inició el tercer año de la administración Ospina en Cali y el panorama parece más oscuro que antes. Las cifras de homicidios aumentan, mientras la alcaldía se sigue escudando en excusas y sacando pecho por las cifras que se dieron durante los meses de encierro total durante el 2020. El 80% de los ciudadanos caleños se sienten inseguros, mientras el 34% declaran haber sido victimas de algún delito. Los escándalos por contratación continúan apareciendo, varias estaciones del MIO siguen sin funcionar y algunas apenas estan siendo reparadas después de 7 meses (muestra total de la ineptitud del gobierno de turno), la red de semaforización falla constantemente, la usurpación de las funciones de la autoridad sigue apareciendo en algunos sectores, entre otros males…

Podría quedarme haciendo la lista de los males que hoy vive nuestra ciudad producto de la anarquía y la permisividad del alcalde, pero cualquiera que circule las calles de la otrora sucursal del cielo puede comprobarlos. Sin embargo, la situación se ha agravado en Cali, producto del desinterés total de la administración por estos problemas. El alcalde y sus funcionarios ya ni siquiera posan para las fotos, ni comunican acciones de posibles soluciones, simplemente se ausentan o culpan a la ciudadanía.

Ejemplo de esto fue la reacción del Alcalde Ospina frente al inconcebible atentado terrorista que vivió Cali hace 1 semana, donde prefirió continuar su paseo en vez de regresar a liderar el consejo de seguridad. Durante todo el fin de semana la primera autoridad de la ciudad no apareció y fue el gobierno nacional (ministro de defensa) quien debió tomar las riendas de la situación. Pocas veces en mi vida he visto una actitud más cínica e irresponsable por parte de un mandatario. Es necesario que la foto de la “silla vacía” que dejó el alcalde en el consejo de seguridad donde participaba ministro, generales, e incluso funcionarios de la alcaldía se mantenga en nuestra memoria. 

Y cómo del ejemplo se aprende, esta semana algunos secretarios y subsecretarios han parecido emular la actitud sin vergüenza del burgomaestre. En primer lugar, el secretario Soler (de quien me extrañaron sus declaraciones) mostró total desinterés por el caso de las carreras de piques ILEGALES que se protagonizaron en el túnel de la autopista suroriental. Del secretario de movilidad ni siquiera hubo señales. Cómo si esto fuera poco en los últimos días hemos visto como el subsecretario de movilidad ha revictimizado a las personas que sufrieron la muerte de un anciano, frente a una clara actitud inhumana y que puede tener consecuencias jurídicas de un agente de transito que impidió su desplazamiento al hospital. 

Las acciones hablan por sí solas, y la alcaldía Ospina ha decidido no esconder más su desdén por la ciudadanía y continuar dándoles la espalda a los caleños, pero ahora lo hace sin vergüenza alguna. Tal vez los intereses de Ospina y su administración hoy estan más centrados en la contienda electoral que se aproxima donde buscan refugiarse en sus compinches políticos ante el desprecio ciudadano causado por su desgobierno total. 

Pareémosle-Bolas a un “gobierno” que le dio la espalda a los Caleños desde su inicio.