Precluyó la Horrible Noche
La solicitud de preclusión de la Fiscalia del proceso penal adelantado en contra del Presidente Uribe cayó como un baldado de agua fría en un sector de la opinión pública; lo anterior, fruto más de una indignación asentada en una moda que en una realidad jurídica. La solicitud fruto de la investigación de la Fiscalía, realizada sin presiones ni filtraciones a medias de medios inescrupulosos no solo está ajustada a derecho sino que permite revitalizar el respeto por las instituciones de nuestro país.
Por un lado, la decisión de la Fiscalía de pedir el cierte del proceso logra poner de presente la ausencia de material probatorio alguno que pudiera suponer un ilícito por parte de Álvaro Uribe, pero también funge como un hecho político sin precedentes: luego de años de persecución judicial y política, la verdad prima sobre la presión de los camaradas de Cepeda, los medios erróneamente llamados independientes pero con una agenda política, y una Corte Suprema marcada por el cartel de la toga.
Al mismo tiempo, y aunque aun está pendiente la decisión de la Juez de conocimiento, es un hecho que permite evitar que se mancille el honor de un probo, honesto, respetuoso del Estado de Derecho, cómo lo es Álvaro Uribe Vélez. Víctima de falsos testigos, de acusaciones infundadas, de una campaña de desprestigio sin igual; un hombre al que como país le debemos la recuperación del Estado, la recomposición de nuestra economía, y quien dedica su vida pública al servicio de los colombianos.
Debemos pararle bolas a la conclusión del proceso en contra del Presidente Uribe. Si bien la solicitud de la Fiscalía es una victoria del Estado de Derecho, está más que claro que habrá quienes aprovecharán para desinformar y tergiversar los hechos, atacando sin asco a la Fiscalía y sus funcionarios; no podemos permitir que esto suceda. El mismo tránsito jurídico que ha sufrido el proceso del presidente es en si mismo una condena para un hombre y su honorabilidad, sin embargo, con estoicismo y rectitud, el presidente y su defensa han probado su inocencia. Por fín precluyó la horrible noche.